Por primera vez, íbamos a colaborar con la Fundación Marianao, una entidad que realiza una labor encomiable en el barrio de Marianao, en Sant Boi del Llobregat, trabajando incansablemente para mejorar la vida de los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Esta jornada de surf inclusivo no solo se perfilaba como una nueva aventura para nosotros, sino como el inicio de una relación profunda con la fundación y la promesa de un impacto más amplio en diversos colectivos, empezando ese día por la infancia.
Preparativos llenos de emoción
Desde temprano, nuestro equipo se dio cita en la playa, dispuestos a transformar la arena y el mar en un escenario de inclusión y superación. Bajamos todo nuestro material, tablas de surf, tablas de SUP, las dos tablas Big Sug de las que disponíamos, preparando el terreno para recibir a los “pekes” de la Fundación Marianao. Teníamos una meta clara: ofrecer una experiencia segura, educativa, pero sobre todo, inolvidable.
El surf como puente hacia la inclusión
Al ver a los niños de la Fundación Marianao acercarse a la playa, pudimos percibir la mezcla de nerviosismo y emoción en sus rostros. Para muchos, era la primera vez que se bañaban en el mar. Todo un reto para el equipo de monitores y voluntarios.
Cada niño que lograba ponerse de pie en su tabla, cada sonrisa después de una caída, reafirmaba el poder del deporte y del mar como herramienta de empoderamiento y autoestima. Más allá del deporte, estábamos cultivando en ellos la confianza en sus propias capacidades, un tesoro que llevarían consigo mucho después de abandonar la playa.
Fortaleciendo lazos comunitarios
Este evento se convirtió en mucho más que una simple actividad de surf y SUP. Fue un punto de encuentro para participantes y voluntarios, donde la alegría y la complicidad eran palpables. Los monitores de Marianao alentaban cada logro de los niños y las niñas y era celebrado como un triunfo comunitario, evidenciando el poder del reconocimiento y la empatia en el proceso de inclusión social.
El trabajo en red con la Fundación Marianao fue crucial, no solo por brindar la oportunidad a estos niños de experimentar algo nuevo, sino también por reforzar el compromiso de todos los involucrados con el bienestar de la comunidad. Este día sirvió para estrechar vínculos y sentar las bases de una colaboración que aspiramos sea larga y fructífera.
Un futuro de colaboraciones y esperanza
Al concluir la jornada, mientras recogíamos el material, compartimos entre nosotros las historias y momentos que habían marcado la jornada. Estábamos convencidos de que este evento no sería el último. La experiencia nos enseñó el enorme potencial de trabajar juntos, de combinar nuestros esfuerzos con los de la Fundación Marianao para crear oportunidades de crecimiento, aprendizaje y diversión para los niños y jóvenes.
Esta primera actividad juntos ha abierto la puerta a futuras colaboraciones, no solo con los pekes de Marianao, sino con otros colectivos que puedan beneficiarse de la magia del surf y otros deportes acuáticos. Estamos entusiasmados por explorar nuevas formas de contribuir al bienestar y la inclusión social, siempre con el mar como nuestro cómplice y maestro.
Agradecimientos y mirada al futuro
Nuestro más sincero agradecimiento a la Fundación Marianao por confiar en nosotros y permitirnos ser parte de su maravillosa misión. A los niños y jóvenes que participaron, por enseñarnos el verdadero significado de la valentía y la alegría. Y a cada voluntario y colaborador, por su incansable apoyo y entusiasmo.
Con esta primera colaboración, hemos puesto los cimientos no solo para futuras jornadas de surf, sino para un compromiso más amplio con la inclusión y el bienestar social. Juntos, estamos creando un futuro donde cada ola es una oportunidad para crecer, aprender y conectar.